La Edad Media fue un periodo sombrío, las crueles persecuciones y matanzas que se llevaron a cabo no perdonaron a nadie que tuviese una idea distinta a la ortodoxia religiosa del momento, y los gatos fueron acusados de ser seres diabólicos que junto con las brujas participaban en ritos en los que se aparecía el diablo. Esto conduce a la persecución de cualquier persona simplemente por tener un gato, sobre todo si es negro, ya que la convierte en sospechosa de tratos con el maligno.
Por este motivo, los gatos eran exterminados de las formas más espantosas. Cientos de miles de gatos fueron hostigados, crucificados, empalados, desollados vivos y echados a las brasas y al agua hirviendo, al igual que las "brujas" por órdenes del Vaticano. Así se decía que conjuraba los maleficios que podía traer este felino. La Inquisición permitió excesos de violencia contra este animal, tales como la terrorífica costumbre de arrojar gatos vivos en las hogueras de la noche de San Juan o las ferias, verdaderas cazas de gatos en Flandes.
En Bélgica, se arrojaba a los gatos desde la cima de las torres de las catedrales. En Alemania, se obligaba a los propietarios de estos felinos a cortar las orejas de su animal. En Francia se emparedaba a un gato vivo en los cimientos de una casa para protegerla de la mala suerte.
Toda esa irracional y dantesca matanza de gatos tuvo como consecuencia la peste negra, también llamada peste bubónica, la pandemia más cruenta y devastadora de todos los tiempos. ya que detectaron que era la rata negra, que hoy conocemos como rata de campo, la que transmitía esta letal afección. Ya que al haber exterminado a los gatos estas se proliferaron de manera incontrolable.
Cerca de 25 millones de personas murieron únicamente en Europa, ciertos lugares quedaron absolutamente desiertos y quienes tuvieron más suerte escaparon, arrastrando y difundiendo la enfermedad con ellos. Los barcos que llegaban a las costas, lo hacían en muchos casos con toda la tripulación muerta. Con el paso del tiempo, y ya en pleno siglo XVII, el gato vuelve a ocupar un lugar importante por su destreza como cazador de roedores y deja de ser ese animal temido y perseguido hasta casi el exterminio.
Increíblemente, no siempre fue así. En el antiguo Egipto se los consideraba animales sagrados ya que estaban relacionados con el culto a la diosa Bastet. En la Inglaterra victoriana se consideraba que si unos novios recién casados se encontraban con un gato negro, esto simbolizaba prosperidad en el matrimonio. Y los marineros creían que tener un gato a bordo les traería buena suerte. Más aún sus mujeres solían tener uno en casa, ya que esto parecía "asegurar" que sus maridos volverían sanos y salvos a sus casas después de la travesía.
Lamentablemente quedó el mito de que el gato negro trae mala suerte y por eso mucha gente les teme, lo rechaza, se sugestionan si se cruzan uno; pero lo peor es que hoy día siguen siendo víctimas de sacrificios en ritos religiosos. Por favor, no discrimines a un gatito solo por ser negro, son hermosos y llenos de amor como cualquier animalito. No alimentes la superstición porque nada de todo eso es cierto. No juzgues a ningún ser vivo por su apariencia, porque ante todo, es una vida; y como tal merece amor. Si ves a un gatito negro abandonado, dale alimento! Podés salvarlo de ser brutalmente asesinado a golpes por solamente ser negrito ☺
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