viernes, 17 de enero de 2014

No compres, adoptá un callejerito.

Imaginate que vas transitando por la vía pública yendo a un criadero a comprar un perro, y de repente, cruzás la calle y te encontrás con este perrito... ¿Qué harías?


En los criaderos se trata a los animales como máquinas expendedoras de monedas, haciéndoles tener cachorros constantemente sólo para llenarse los bolsillos. Y en muchos casos, se coloca a las hembras en un elemento de tortura (no exageramos, esto es cierto) llamado "potro de violación" en el cual la perra queda inmovilizada para que un perro la fertilice. ¿Parece de la edad media, no? Pero estamos en el siglo XXI. Es inconcebible. 



Además, al hacerlas embarazarse y parir todo el tiempo de manera excesiva, las perras en la mayoría de los casos, desarrollan tumores, como es el caso de esta mamá beagle de criadero: 


Criadero es tortura... Es un castigo cruel y desmedido que ni muchos delincuentes tienen. 



¿Triste, no? Y sobretodo muy injusto. Pero es cierto.
Entonces nos preguntamos, ¿por qué comprar?

Ellos no son un objeto
No son un juguete
Las razas son algo establecido por los humanos, entre ellos no hay diferencias (no seamos racistas). 
El amor no lo hace la estética.
Son una VIDA y las vidas NO se compran.

Nos preguntamos otra cosa ahora... ¿para qué comprar? 
Si hay cientos, miles, MILLONES de animales abandonados en la calle, solitos, con hambre, con frío, con necesidad de cariño, enfermos, sin una patita, sin un ojito, cachorros, viejitos, ciegos, completamente desprotegidos... ¿para qué, entonces?

Perdés dinero en algo que podés tener gratis.
El animal que socorrés de la calle, te lo agradece para siempre. No se olvida.
 Para ellos, quien los rescata es su héroe. Los ojos de gratitud y agradecimiento van a estar siempre en su mirada hacia su salvador.
Salvar a un animalito callejero llena tu corazón de una satisfacción tan grande imposible de explicar mediante palabras.
Te asegurás un amigo para toda la vida. 
No fomentás el mercado, explotación y tortura de animales. 
No salvás el mundo, pero a ESE animal le salvás la vida
 Si vos adoptás, seguro tus conocidos se van a contagiar de esa buena acción. 
Si comprás un animal, le quitás la posibilidad a un animalito de la calle de tener un hogar.
Vos necesitás un amigo, y ellos también. ¿Quién necesita dinero para eso? Nadie. Y menos los animales. A ellos no les importa tu peso, altura o color de piel, ni tu inteligencia, elección sexual, religión, política, nacionalidad ni estatus económico. Ellos sólo buscan tu afecto.




Ellos te necesitan... No te fijes en su estética. Fijate en su corazón. 



Por favor, no compres animales para regalar en fechas festivas o cumpleaños. Especialmente si se trata de un niño pequeño. ¿Por qué? Porque si vos regalás un ser vivo, le estás dando carácter de objeto, de cosa. Y así es como millones de animales terminan en la calle, porque no son tratados con la responsabilidad que merecen. Enseñá el valor de la vida, profesá con el ejemplo y salvá una vida, no la compres.


¡¡¡Seguro hay un callejerito perro o gato esperándote para conquistar tu corazón y llenar tu vida de alegría!!!




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